19 de abril de 2024

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Uruguay: ¿Qué son los “super taskers”?

Hasta hace algunos años, si había una creencia incuestionable en el mundo de la ciencia cognitiva era que los seres humanos tenían capacidad de atención limitada, es decir, no podían hacer dos cosas a la vez sin una merma de concentración y rendimiento en una de ellas. Sin embargo, una tajada importante de psicólogos, psiquiatras y neurólogos se negaba a creer que esto fuera cierto, guiados por el ejemplo de la tecnología: si un computador era capaz de ejecutar varios programas al mismo tiempo, cómo el cerebro no iba a poder procesar información en paralelo.

Las investigaciones se fueron multiplicando con la aparición de Internet y dispositivos electrónicos -como el teléfono celular y las tablets- que han pasado a exigir que uno no solo esté todo el tiempo conectado, sino que además rinda en varias tareas a la vez. Pero ningún estudio había comprobado empíricamente si el ser humano estaba estructuralmente capacitado para ello.

Eso, hasta que en 2010 Jason Watson, psicólogo de la Universidad de Utah, sometió a estudio a 200 alumnos -110 mujeres y 90 hombres de entre 18 y 43 años- para analizar cómo respondía su nivel de atención cuando conducían hablando por teléfono. A través de un simulador, donde se recreaba una carretera de varias pistas, incluidos autos que los adelantaban a alta velocidad, se les pidió que resolvieran problemas matemáticos y que recordaran palabras que se les indicaban por un teléfono con manos libres. Durante la hora y media de sesión, 97,5% de los estudiantes mostró una disminución significativa en sus habilidades de conducción y de memoria; quienes erraron, lo hicieron principalmente en el manejo: se acercaban a los otros autos y frenaban más lento, sin notarlo. Sin embargo, entre el grupo, tres hombres y dos mujeres -equivalente al 2,5% de la muestra- no mostraron empeoramiento de los resultados; es más, incluso arrojaron tener mejor capacidad de respuesta cuando combinaban ambas tareas.

En ese pequeño grupo se basó Watson para afirmar la existencia de super taskers (algo que se podría traducir como personas hiper eficientes), que por un conjunto de factores biológicos y genéticos, no solo pueden hacer dos o más tareas a la vez, sino que incluso las hacen mejor que cuando se enfocan en una sola.

Entre las conclusiones de su investigación, Watson remarcó que solo existe una pequeña proporción de super taskers en el mundo (“la mayoría de nosotros estamos en el 97,5%”, aseguró). Hoy, el psicólogo está enfocado en encontrar explicaciones concretas de la inusual habilidad de estas personas. Para lograrlo, ha estudiado a quienes son más susceptibles de responder a este perfil, como pilotos de aviones de combate, chefs que dirigen cocinas de alta exigencia, directores de orquesta y productores de televisión.

Aunque no ha terminado su investigación, ya tiene algunas impresiones: cree que los super taskers tienen ese grado de eficiencia porque omiten información que los distrae para solo centrarse en entradas de datos críticos que los ayudan a rendir. Parte de lo que obvian, presume Watson, son emociones que no pasan por alto el común de los mortales; es decir, que posiblemente ignoran más y sienten menos que una persona promedio.

Un fenómeno más visible.El estudio preliminar que realizó Watson abrió un abanico de preguntas en Estados Unidos: ¿Qué mecanismo ocurre en el cerebro de los super taskers que define su funcionamiento? ¿Tienen ellos una característica estructural con la que nacen o un rasgo de la personalidad que se puede desarrollar con la práctica? También surgieron interrogantes sobre los costos físicos y emocionales de pertenecer a ese grupo, porque más allá de su alto rendimiento -que los lleva a ser muy cotizados por las empresas-, especialistas aseguran que ser super tasker también tiene su lado B, bastante negativo.

Según el psiquiatra Carlos Sagredo, director médico del Instituto Neuropsiquiátrico de Chile, el estudio de Watson llegó a confirmar un dato importante: que sí existe un grupo, aunque sea ínfimo, de personas con una capacidad extremadamente particular cuyos alcances todavía están por verse. Sin embargo, remarca que esta no es una característica nueva en la población, sino que siempre ha existido. “Los super taskers probablemente ahora se notan más porque los cambios que han experimentado las sociedades en todo el mundo los han convertido en personas cada vez más apetecidas en distintos rubros. Décadas atrás esto no ocurría, porque en vez de manejar mucha información al mismo tiempo, lo que se valoraba era la capacidad de concentrarse en una sola tarea y hacerla muy bien: uno iba a una biblioteca y tenía que memorizar textos, porque no se podía consultar información relevante con tanta facilidad como hoy. Años atrás, incluso se podría pensar que un super tasker era considerado algo malo”.

Katherina Llanos vicepresidenta de la Sociedad Chilena de Salud Mental también cree que la visibilidad de este tipo de personalidades ha aumentado por las exigencias del mundo de hoy. “En las economías de libre mercado se tiende a buscar ese rasgo de personalidad porque sirve al sistema productivo, a los trabajos donde se establecen metas, y nosotros ahora estamos insertos en ese sistema de funcionamiento. Pero estructuralmente no todos podemos rendir de esa manera; es solo un porcentaje muy pequeño”, dice.

Sagredo enfatiza que es importante diferenciar a este subgrupo de quienes tienden a hacer múltiples tareas sin tener la habilidad de no flaquear en alguna de ellas, como le ocurre al común de las personas. “Hay algo que el estudio no detalla pero que sí ocurre: siempre que una persona se enfrenta a una circunstancia que requiere una atención sostenida en el tiempo, por más eficiente que sea, al poco rato se agota. Es decir, se trata de una capacidad finita”, asegura.

El experto compara el proceso de los super taskers con el funcionamiento de la memoria RAM de una computadora, responsable de que un equipo realice varias tareas de manera paralela. “La RAM determina cuántas ventanas o programas podemos tener abiertos al mismo tiempo: a mayor cantidad de ventanas abiertas, más rápido se agota y el sistema se vuelve más lento. Si los programas son más pesados o realizan tareas muy complejas, el agotamiento ocurre más rápido. En las personas pasa lo mismo” asegura.

Llanos también advierte que la sobrevaloración de los super taskers por la sociedad presenta riesgos. “Este es un grupo muy comprometido físicamente a largo plazo, porque no le hace caso ni al cuerpo, ni al descanso. Son personas que nunca se desconectan. Y los que no son estructuralmente así, para responder al medio, le exigen mucho a su estructura, al punto que les gatilla síntomas y, por lo general, enfermedades”.

Según la psiquiatra, los rasgos de los super taskers se asocian, de hecho, a personas muy obsesivas. “Son personas que logran funcionar bien cuando deben cumplir metas. Van detrás de la tarea: quieren tener el control de cumplir con todos los puntos y por eso tienen un gran componente obsesivo”, sostiene. Y agrega: “Lo más probable es que ese 2,5 % del estudio correspondía a personas con estructuras neuróticas, muy obsesivas y enfocadas a los logros externos. Si bien el funcionamiento de los super taskers escotizado por muchos nichos laborales bien remunerados, tiene un costo: la ansiedad, que si no se ve a tiempo puede conducir a una depresión”.

En eso concuerda el doctor en psicología laboral y académico de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica Héctor Madrid. “Si bien este estudio no permite decir qué hacen o piensan estas personas -si son empáticas o, al contrario, cuesta relacionarse con ellas-, sí abre un abanico de posibilidades donde uno podría especular teóricamente ciertas cosas que todavía son materia de estudio, como que probablemente son personas que tienen una capacidad muy alta de autorregulación de sus propias emociones con el fin de administrar sus recursos psicológicos. También, que sufren consecuencias por ser super taskers, entre ellas, que se exponen a riesgos de accidentes por agotamiento, y sufren el desmedro en el bienestar de la salud. Ser así consume muchos recursos psicológicos y si eso se sostiene en el tiempo sin un proceso de recuperación, puede gatillar la aparición de emociones negativas”.

Puede afectar el proyecto de familia

“Si una persona es muy eficiente y se destaca por esta condición en su trabajo, yo me atrevería a especular que es una persona que termina tan desgastada en su jornada laboral que muy probablemente tiene un desbalance en su vida familiar, porque va a necesitar tiempo de recuperación que se lo va a quitar al que le destina a satisfacer otras necesidades de su vida. Una persona super tasker puede llegar a tener un desgaste tal, que ni siquiera tenga energía suficiente para iniciar una actividad de recreación. Para decir claramente: se llega a la casa solamente a dormir y a descansar. Y eso es un problema”, dice el psicólogo Héctor Madrid.

Ante ese escenario -que según la doctora Katherina Llanos, suele afectar a personas de entre 35 y 45 años (momento donde, se hace un balance y evalúan los costos que va dejando la carrera)- incluso los super taskers tienen que hacer un insight y modifican su actuar. “Por lo general estas personalidades cambian cuando se enfrentan a cambios vitales importantes. Muchos llegan afectados por el temor a emparejarse, porque hacerlo involucra no cumplir las metas, no poder dedicarle todo el tiempo que necesita el trabajo, no poder irse a estudiar todos los magíster o doctorados que se necesitan porque formar familia les significaría funcionar de otra manera”.

Fuente: elpais.com.uy

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