Tendemos a pensar en el estrés como algo siempre negativo.
Sin embargo, no siempre es así. El estrés es básicamente como las cuerdas de un violín; si están muy flojas o muy débiles ese violín no va a sonar.
Si las cuerdas están demasiado tensas, demasiado tirantes, posiblemente salten, se rompan y tampoco podremos tener melodías.
En consecuencia, ¿Cómo tienen que estar las cuerdas de un violín para que éste suene bien?.
Tienen que estar en tensión. No demasiada, para evitar que se rompan, pero tampoco tan flojas como para que no suenen.
Alejandro Melamed
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