Melgar, antes de abandonar el centro médico, indicó que se encuentra "un poco mejorcito", si bien tiene que tomar medicación "todos los días" porque siente dolor. El joven manifestó que "dentro" de su corazón está "muy herido" por la actuación de sus jefes. En este sentido ha comentado que no tiene "nada que hablar" con ellos, y ha pedido que "se haga justicia". "No sólo por mí", agregó.
Melgar, que espera la llegada de su madre a España "en las próximas semanas", ha señalado que ahora "no le queda otra" que "tirar para adelante". Con el permiso de residencia que le concedió el Gobierno el pasado viernes, aún no sabe si se quedará en España, si bien ha comentado que le han ofrecido trabajo desde asociaciones de incapacitados y "gente de buen corazón".
La familia quiere que "se haga justicia" y ha criticado la actitud de los jefes de Frans. "Hemos esperado más de una semana para que ellos recapaciten y digan qué es lo que podían hacer por nosotros, pero en ningún momento se han acercado a nosotros ni nos han dicho nada", ha señalado.
Los jefes han sido detenidos.
Frans perdió el brazo el pasado 28 de mayo en una panificadora de la localidad valenciana de Real de Gandia, en la que trabajaba sin contrato desde hace algo más de año y medio. En el momento del accidente, el trabajador se encontraba amasando 40 kilos de harina y, cuando se le cayó una bolsa, se le quedó enganchado el brazo izquierdo en la máquina. Tras el incidente, el jefe del joven lo subió a su vehículo para llevarlo al hospital, aunque unos 50 metros antes de llegar, le obligó a bajar y lo abandonó en plena calle.
Se trató reimplantar el brazo sin éxito, ya que el mismo se encontraba en muy mal estado.
La Guardia Civil detuvo la semana pasada a los dos hermanos, jefes del joven, por un delito contra los derechos de los trabajadores, ya que, supuestamente, tenían trabajando a su cargo a personas sin ningún tipo de contrato.
Ambos declararán en calidad de imputados, y aún se investigan las circunstancias del suceso.
Fuente: ABC. (16 de junio)