29 de marzo de 2024

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El sedentarismo es malo para el corazón. Trabajar de pie, ¿todavía más?

En salud laboral, se tiende a relacionar las enfermedades cardiovasculares con los trabajos que implican permanecer todo el día sentado en la oficina. Parece bastante lógico. A menos movimiento del cuerpo, más probabilidad de desarrollar obesidad que, a su vez, es una importante causa de las enfermedades cardiovasculares.

Como la mayoría de nosotros probablemente ya tenemos esta asociación asentada en la cabeza, puede que las conclusiones del estudio publicado recientemente en el American Journal of Epidemiology nos choquen a primera lectura: las personas que trabajan de pie tienen el doble de probabilidades de sufrir un ataque de corazón o insuficiencia cardíaca congestiva.

La investigación fue dirigida por el Dr. Peter Smith del Instituto de Trabajo y Salud (IWH) en colaboración con el Instituto de Evaluación Clínica (CIEM), ambos en Canadá. “Nuestros resultados sugieren que las empresas también deben prestar atención a los efectos en la salud de trabajar de pie de forma prolongada y orientar sus programas de prevención en consecuencia” afirmó el responsable del estudio.

El propio informe ya nos recuerda que tradicionalmente se relaciona trabajar sentado con múltiples enfermedades. Aun así, existe poca evidencia científica que el sedentarismo ocupacional sea un factor de riesgo cardiovascular. De hecho, otros estudios realizados en Reino Unido y Dinamarca no hallaron correlación entre el hábito y la dolencia.

El estudio canadiense siguió durante 12 años una muestra de 7300 trabajadores entre 35 y 74 años de Ontario, que al inicio no padecían ningún problema cardiovascular. En 2003 realizaron la Encuesta de Salud de la Comunidad Canadiense (CCHS), que recopiló datos sobre sus condiciones de salud, personales y de su trabajo. Entre ellas, el puesto que desarrollaban, que se utilizó para estimar si un trabajo implicaba principalmente sentarse, estar parado y caminar, una combinación de estar sentado y de pie, etc.

Los investigadores cruzaron la información del CCHS con los registros administrativos de salud del CIEM para identificar a las personas que presentaron una enfermedad cardíaca durante los siguientes 12 años (2003-2015). Pasado el período, el 3,4% de la muestra desarrolló cardiopatías. Sin tener en cuenta otros factores (lo que se llama riesgo no ajustado), el riesgo de enfermedad cardiaca fue mayor entre las personas cuyos empleos exigían estar predominantemente de pie (6,6%) que entre las personas cuyos empleos se desarrollaban principalmente sentadas (2,8%).

De hecho, después de ajustar para una amplia gama de factores personales como edad, género, educación, etnia, otras enfermedades, estados de ánimo, consumo de alcohol, ejercicio, etc. el riesgo de enfermedad cardíaca seguía siendo dos veces mayor en las personas que trabajaban de pie.

La clave está en el equilibrio

Según Smith, combinar estar sentado, de pie y moverse en el trabajo, probablemente sea la opción más beneficiosa para la salud. Un conocimiento que la empresa debería impartir a todos los trabajadores; especialmente a los que trabajen la mayoría de rato de pie. Aprovecha para hacer hincapié en que, más allá de vigilar la actividad física, es necesario controlar los niveles de estrés entre la plantilla.

“Los programas de prevención que se centran exclusivamente en la actividad física del trabajo, ignorando otras condiciones como el ambiente de trabajo psicosocial, es poco probable que conduzcan a cambios significativos en el riesgo cardiovascular”, señala.

Podéis consultar con más detalle el informe de la institución canadiense en este enlace. Además, nos permitimos añadir nuestro artículo con consejos para los trabajadores que desarrollen la mayoría de sus tareas de pie.

Fuente: proteccion-laboral.com

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